martes, 18 de agosto de 2009

Imperial War Museum

He contado muchas veces que Londres es un destino para todos los públicos, y no porque nadie censure las escenas más tórridas, sino porque tiene de todo.
En este caso, un museo destinado a un público muy concreto, como es el Imperial War Museum, donde a todo amante de la historia militar el siglo XX le temblarán las rodillas.

Este museo no es, ni mucho menos, de los últimos de Londres, todo lo contrario: aunque en dimensiones no es muy extenso, comparado con otros, tiene TODAS las plantas saturadas de piezas, siguiendo criterios expositivos muy interesantes, la verdad. Y en cuanto a público, está siempre animado, máxime cuando es un museo en la orilla “b” de Londres, lejos de todo el cogollo de la ciudad.

No entrare aquí a defender lo importante que es para nuestro futuro conocer la historia militar, ya sea puramente militar, (armamento y campañas) o toda la parafernalia política y diplomática que lo rodea. Lo cierto es, que este gran museo se ocupa de ambas cosas, y alguna que otra más.

Pero pasemos a recorrer sus muchas salas, recordando una cosa: es imposible visitarlo de una sola vez exhaustivamente, yo lo intenté y fracasé casi al final por pura y dura saturación. Aún así, en una mañana se ve lo más importante sin prisas ni agobios.

La entrada es sin duda la sala más impresionante. Contiene piezas originales de las dos Guerras Mundiales y la Guerra Fría, pero la gran mayoría de piezas son de la Segunda Guerra Mundial.
Cuando digo piezas me refiero a: carros de combate, aviones de caza, baterías… como una imagen vale más que mil palabras:




Vistas generales de la entrada


Quizás el avión de caza más famoso de la 2ºGM. Sus sucesivas mejoras lo mantuvieron casi siempre por delante de los cazas alemanes, y que decir de los italianos, rusos, americanos y nipones.


Sherman: Típico carro americano. Sus grandes virtudes eran su precio, su mantenimiento, y… bueno, era manejable.


Centurión: El mejor carro británico de la contienda, un equilibrio calidad precio casi perfecto


Un Messerschmitt casi siempre un pasito por detrás del Speakfire. Uno de los mejores cazas de su tiempo.




T34: Este carro ganó la guerra en el frente oriental. Fue la base de la supremacía “Roja” en carros de combate, durante toda la Guerra Fría






Panzer VI: Sin duda el mejor y el peor carro de la guerra. Por prestaciones el mejor, pero su mantenimiento era la leche. ¡Y el coste! Diseñado para las estepas rusas, empleado en las campiñas normandas.


¿Quién puede dudar ahora que sólo por esa entrada merece la pena este museo?

La mayor parte del resto de las salas no gozan de mucha iluminación, por lo que tengo menos fotos.
En su gran apartado sobre el Holocausto, la penumbra juega un papel vital para narrar el camino que siguió el anti-semitismo de primeros de siglo, y los primeros discursos de Hitler o Goebles sobre los hebreos, hasta los campos de concentración, y exterminio.

Existe, a su vez, exposición permanente sobre las dos Guerras Mundiales, con mucho material de propaganda de todos los países beligerantes, hasta armamento.
En esa zona destacan tanto la “trench experience”, como la “blitz experience”:en la primera, recorres una reproducción de una trinchera británica en la Primera Guerra Mundial. Su realismo es asombroso, incluido el olor acre de la tierra removida. La segunda recrea un refugio antiaéreo londinense en un bombardeo. No apto para cardiacos.



En la sección de comando y espionaje tienen equipos de tropas de élite de los principales países beligerantes en la Segunda Guerra Mundial, y una maquina de encriptación Enigma.









En resumen, todos los amantes de la historia del Siglo XX tienen en este museo una cita difícilmente igualable, amen de alguna curiosidad como las salas de pinturas hechas por soldados u oficiales británicos en el frente, desde la 1ªGM hasta Iraq.
Y como no, gratis: Es Londres. Sólo con lo que te puedes ahorrar en entradas compensas los precios de la hostelería.

domingo, 21 de junio de 2009

Los Docklands

Sería muy aventurado decir que esta zona de Londres es prácticamente desconocida para el forastero.
En realidad, se trata de una zona desconocida para el gran público turista, de ocio o cultural, tanto es así, que el único turista de esa clase que vi allí fue mi propio reflejo.
Pero es conocidísima para eso que llaman turismo empresarial o de negocios, aunque llamarlo turismo es un eufemismo ridículo.

Como habréis deducido en el párrafo anterior, los Docklands son un centro financiero de primer orden, tanto o más que la celebérrima “milla cuadrada”, sobre la cual trataremos otro día.

En su día, y como su nombre indica, aquello era el puerto de Londres, origen y destino de infinidad de barcos del mayor imperio colonial y comercial que la humanidad ha conocido.
Tras desmontar el imperio colonial, y según iban creciendo los calados de los barcos de altamar, todo eso se abandono Pero duraría poco: City of London estaba saturada, había que crear imperiosamente un nuevo centro financiero, gracias a lo cual, los Docklands son un gran museo de arquitectura contemporánea del último medio siglo.

Mi primera visita a los Docklands no merece tal nombre, y fue la misma que para la mayoría de los turistas culturales.
Desde el DLR, tren ligero que nace en la City, y recorre los Docklands hasta la aldea de Greenwich (más allá de sus barrios más céntricos, Londres esta formado por aldeas más que por barrios) de su palacio y por supuesto de su meridiano.

En esa Primera aproximación, altamente recomendable, descubres una Venecia futurista: grandes oficinas de las mayores firmas del mundo surcadas por canales; en lugar de palacios de comerciantes venecianos, encuentras apartamentos de lujo de las elites financieras del Reino Unido.

Para los amantes de la arquitectura racionalista contemporánea, pasear por sus estrechas calles es una delicia. En tres minutos de paseo, puedes observar más edificios singulares de acero y cristal que en todo Madrid.
Sus plazas ajardinadas, adaptación de sus tradicionales plazas ajardinadas (como el Soho), tienen mas vida de la que pudierais imaginar.







Cerca de los Docklands se encuentra no sólo Greenwich, sino también el Millennium Dome, el más terrible error de la arquitectura Londinense en mucho tiempo. Millones de libras invertidas en algo que… no se sabe muy bien para que sirve… por lo menos es curioso de ver…



También por allí esta la barrera, una extraña construcción que más que futurista parece surrealista, que se supone que tiene que proteger a Londres de las inundaciones.



A mi juicio, es una de las visitas clave de Londres, aunque sea una pequeña parada de una hora de camino Greenwich, merece la pena.
Para mí, lo mejor del arte contemporáneo en Londres.


En Londres hasta lo nuevo es estrecho








Al fondo el Canary Wharf


Vista del palacio de Greenwich y de los Docklands desde el meridiano cero

domingo, 31 de mayo de 2009

South Kensington: La zona de los tres museos. 4/4

V&A:

Frente al Museo de Ciencia se encuentra uno de los muchos motivos de orgullo de los londinenses: el Museo de Artes Decorativas Victoria & Albert. ¿Qué entra en el concepto arte decorativa? Pues la verdad que mucho, quitando el cine, la literatura, y quizá la arquitectura, todo entra en esa categoría, y a juzgar por los contenidos del museo, ciertamente, todo vale.

El interior es penumbroso, dada la delicadeza de muchas de las piezas expuestas (las artes decorativas suelen ser muy delicadas), sin embargo se aprecia perfectamente todo, aunque en las fotos la cosa cambia, motivo por el cual, no tengo fotografías de muchas de las mejores piezas.
Si preguntáis a los educadísimos vigilantes (repito, por n-sima vez, en Londres la gente es muy educada… o por lo menos mucho más que en España), os darán permiso para hacer fotografías, ¿y el flas? ni me lo pude plantear, las piezas más delicadas (en algunas salas todas) están tras una mampara de cristal, y ya sabemos todos lo mal que queda.

Para empezar os advierto que el museo es terriblemente grande: un visitante poco exhaustivo y hasta distraído, que quiera pasar por todas sus salas, podría tirarse el día allí dentro, pero os aconsejo que no os distraigáis allí dentro porque podríais perderos en un mar de salas oscuras, repletas de pequeñas piezas, y en la zona de Europa, muy parecidas las unas a las otras.

A mi modo de ver, lo más interesante de este museo se encuentra en la planta baja, y es Oriente. Como comente en otra entrada, todo en este museo merece la pena, pero es el arte oriental el que resulta más difícil de encontrar en Occidente (no merece la pena que os esplique el por qué).

Oriente lo dividen en Islam (básicamente Persia



Subcontinente indio, cuya sala mas interesante, te recuerda el porqué de la expresión popular, de “vives como raja”. Vestidos de cola masculinos, bordados con hilo de oro y todo tipo de piedras preciosas engarzadas… sin escatimar en rubíes y en diamantes. Escopetas de caza que superan en ostentosidad y lujo a las armas nobles que puedes visitar en armerías reales, o palacios de toda Europa, del Palacio Real de Madrid, a la Armería de Moscú. En fin, todo lo que ves allí es la síntesis del lujo por el lujo, incluso el instrumento que usan los conductores de elefantes para matarlos cuando estos pierden el control, tiene más piedras preciosas de las que puedes contar.

La parte de la India menos cortesana, tiene también impresionantes estatuas de basalto, pero en realidad, comparadas con las estatuas del mismo tipo del Británico, no son gran cosa, pero claro… el Británico es el Británico.





Mejor a,un resulta la parte japonesa y la china:
Por el País del Sol Naciente destacan, sobre todo, sus armaduras completas de samuráis, así como los kabutos (cascos), hoate (mascaras), siendo estas últimas francamente espectaculares. Tras verlas, uno comprende que su objetivo, más que la protección de la cara del samurai, era la de provocar el terror al enemigo.
Casi todo data de la época Edo, de la unificación en el XVII a la modernización en el XIX.





La parte china no le va a la zaga, sólo por ver el trono lacado del Emperador, merece la pena visitar el museo. Desgraciadamente no pude sacar una buena foto. Las compactas tienen sus limitaciones, aunque cargar con una réflex todo el santo día, tiene poca gracia.

Aparte de lo meramente oriental, el museo tiene muchas más salas, de hecho la mayoría del museo es arte europeo.

Si hubo una sala que me sorprendió hasta producirme un escalofrío, fue la sala de las réplicas.
Figuraos: entras en una sala y te encuentras la Columna de Trajano… partida en 2 mitades porque el techo no es tan alto. Hoy en día no consideramos a las reproducciones válidas para nada más que adornar un salón, pero en el s XIX, no se tenía ese concepto, y ningún museo se avergonzaba de tener réplicas, es más se enorgullecían de ello.



Supongo que el echo de lo que han avanzado las comunicaciones, no le ha sentado bien a las réplicas.
Algunas de estas réplicas, reproducían monumentos ya desaparecidos, como la réplica del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago, que no reproduce la fachada barroca actual, sino la románica.

La gran sala que da al patio central, contiene esculturas del XIX en mármol dignas de verse, entre ellas muchas de Rodin. Todos mis conocidos sabrán la honda impresión que me causó su museo en Paris. Aun no recuerdo el motivo por el que no tengo fotos, pues esta sala tiene mucha mejor iluminación, y no hay mamparas de cristal de una pulgada, dado que el mármol no es tan delicado como el resto de las piezas expuestas.

El patio central, aparte de bonito, tiene una rarísima peculiaridad. En su centro hay una fuente, que, básicamente, consiste en una superficie poco profunda de agua, con algún chorrito vertical. Bueno eso no parece nada raro, pero es que los londinenses han decidido que esa fuente es una piscina gratuita para sus hijos, fue la primera vez que vi a ingleses desobedeciendo un cartel en la pared. En general, donde en España haría falta una verja y alambre de espino, en Londres vasta con un cartel pequeño y no muy a la vista. Aun así, las fachadas en ladrillo visto que dan al patio son dignas de visitarse y, sin duda, son muy británicas.





Una de las salas mas interesantes del museo, es la de los cartones para tapices de Rafael, donde el famoso artista del Renacimiento italiano relata escenas de los Hechos de los Apóstoles.

En lo que a las artes decorativas europeas y británicas se refiere, existen tal cantidad de salas, que pueden abrumar al más valiente.
Tienen habitaciones de palacios italianos completas… completas, no sólo el mobiliario, sino también el techo, el suelo y las paredes.
Instrumentos musicales desde el Barroco hasta el s XIX.





Mobiliario noble de todas las épocas desde el Renacimiento, con todo tipo de objetos de tocador o decorativos, siendo la cantidad tal en los s XVII y s XIX, que pudo conmigo… por primera vez en mi vida un museo me derrotó, no ya por hambre y sed, o por la masa de gente. Simplemente llegó un momento en el que no podía ver una sala más, con un millar de pequeños objetos sumidos en la penumbra, estéticamente hermosos, histórica y socialmente interesantes, pero cientos y cientos.

Disfrutarlo con calma, y no intentéis verlo entero exhaustívamente sino disponéis de varios días para él.

martes, 26 de mayo de 2009

El anhelado regreso de Suzumiya Haruhi

Segunda temporada de SHNY

Bueno, hace una eternidad que no escribo en el blog.

La verdad que últimamente he estado algo ocupado, pero no es bueno dejarlo todo completamente de lado. Si no hiciera las entradas tan largas, me llevarían menos tiempo, y no supondría para mí un acontecimiento cada una que coloco. Pero eso es otra historia. Eso y las fotografías, no veáis el rato que lleva colocarlas.

El tema que hoy nos ocupa, no tiene nada que ver con los viajes; ya sabéis que precisamente la heterogeneidad de los temas que trato, es lo que me echaba para atrás a la hora de comenzar con esto.

Pero al lío.
En el primavera de 2006 se estrenaba en el País del Sol Naciente, en plena explosión de flores de cerezo cayendo a 5cm/s, la primera temporada de esta serie, basada en una colección de novelas ligeras (novelas cortas, publicadas en revistas por entregas, antes de su edición integra) del mismo nombre.
Se podría pensar que no era más que una de tantas series de vida estudiantil, que cada temporada surgen en Japón como fabricadas en serie.
Nada más lejos de la realidad.
El simple nombre de su estudio, Kyoto Animation, ya es sinónimo de calidad, de buena animación, buen dibujo y buena trama (las hay con mejor y peor trama según justos, pero nunca son argumentos vacíos). Y esta fue, sin duda, su mejor obra.

¿Qué tiene esta serie, de sólo 14 capítulos, que la ha hecho tan especial?
Un humor irónico y ácido que no pierde su filo ni un segundo. Sin duda esa fue su principal baza.Si continuamos por que su argumento e interés nunca decae, por que cada escena esta cargada de simbolismos, muchos de los cuales carecen de significado a primera vista, y capítulos en los que más tarde todo termina por encajar.

Hay quien pude decir que era una parodia de las series estudiantiles, siendo una serie estudiantil, y una parodia de la ciencia ficción, siendo ciencia ficción. Y lo más curioso, una crítica a toda la forma de hacer, no sólo anime en particular, sino el cine y las series en general, en Japón. Y ciertamente tienen razón. Pero no es sólo eso.

Es tantas cosas a la vez, y todas buenas, que poco más puedo decir.

Tras el éxito arrollador de critica y publico (los grandes éxitos de publico, en Japón, como en EEUU o en España, no suelen ir acompañados por el éxito de critica), Kioto animation, se encontró con un problema.

Por un lado, tenían material con las novelas para hacer una segunda temporada, pero por culpa del éxito cosechado, muchos miembros de su equipo se fueron a otros estudios por más dinero o crearon el suyo propio.
Esto nos puede parecer normal en la empresa occidental, pero en Japón no es así, y resulto un shock para la compañía.

Por ello, decidieron hacer de la necesidad virtud, y sin dejar de sacar buenas obras estos años, todas con buena acogida entre críticos y público, explotó el filón de su gran éxito con todo tipo de artículos oficiales, y con el rumor constante de que la segunda temporada se estrenaría en un par de meses.

Para ser fieles a su estrategia de estos años, el estreno del primer capítulo no ha sido avisado oficialmente, sino estrenado por sorpresa… bueno sorpresa… el rumor poco sutil que hicieron circular los delató.
Estrenaron la segunda temporada en mitad de una reemisión de la primera, ¡Uy, qué cosas!, se les coló a los de la tele el título del capítulo que iban a emitir, que claro no era de la primera temporada.

Esta claro que estrenarlo por sorpresa mola, pero que los beneficios que aporta estrenarlo con previo aviso, con todo el mundo pendiente del televisor… contra eso nada se puede.

¿Qué espero de esta temporada?

Evidentemente no va a ser tan rompedora como la primera, pero me costa (leí alguna de las novelas) que tienen material base, de igual o mejor calidad.
Así pues, humor irónico, ácido e inteligente, y sobre todo, una obra que conjugue entretenimiento y calidad, que sea fácil de ver pero que tenga profundidad.

Y sin más dilación, el alegre ED de esta temporada.

miércoles, 29 de abril de 2009

El Alcazar de Segovia.

Hace unas semanas, por circunstancias parecidas a las que me llevaron a Ucles, estuve visitando Segovia.

Visitar Segovia, nunca es una mala idea. Cerquita de Madrid, se presta a visitas de un día en cualquier medio de transporte. Y si además vas por el puerto de Navacerrada; que por circunstancias geográficas es lo más rápido para mí; no solo el paisaje por el camino será hermoso, sino que pasaras junto a La Granja y sus jardines, que tampoco tienen desperdicio (algún día hare una entrada sobre los Jardines de la Granja).

Segovia tiene muchas más cosas además de su Alcazar, monumento tan famoso que aparece en el mítico “súper pang”. Tanto es así que yo ese día visite, la Hermita de la Vera Cruz, y el monasterio de Nuestra Señora del Parral, amen del Alcazar. Ninguno de estos monumentos los visitaba por primera vez.

Desde el exterior el Alcazar es, con mucho, el edificio más impresionante de Segovia, así como el más hermoso y el más representativo (El acueducto no es un edificio, sino una obra civil, la diferencia entre edificación y obra civil no siempre esta muy clara)
Su perfil más imponente es, desde el barrio de San Marcos, o en general desde el norte.
Resulta una verdadera lastima, que los turistas que, yendo en el medio que sea a Segovia, por no visitar El Parral, o la Hermita de la Vera Cruz, se pierdan su impresionante porte.
Tendría delito que los que antaño se dejaban la paga de sus padres en los recreativos de medio mundo jugando al Super Pang, conozcan mejor dichas vistas del palacio, solo porque la carretera no pasa por allí.










Esta ultima esta hecha desde el monasterio de Nuestra Señora del Parral, quizás la mejor vista del Alcazar

La explanada que da acceso al castillo, goza igualmente de excelentes vistas; tanto del Alcazar, como del campo circundante.


Hermita de la Vera Cruz




Nuestra Señora del Parral

Su interior no es menos magnifico; destacando sus sobrios y hermosos patios.




La torre de San Juan se levanta majestuosa tras el patio



Su colección de armaduras, muchas de ellas alemanas, se sabe de su procedencia por la forma de su casco, curiosamente los cascos de la Wermarch en la segunda guerra mundial tenían cierto parecido. Fijaos en la forma de la parte de atrás de alguno de ellos.
Lamentablemente las armaduras sujetan espadas que no solo no son de la época de las armaduras, sino que son simples espadas decorativas como la de los banquetes de boda.
Si no hay posibilidad de traer espadas de época, ni dinero para comprar reproducciones de mayor calidad, podrían sencillamente quitarlas.


Claro ejemplo de casco alemán


En este caso el casco no las delata. La protección “mifaldaera” era muy útil para su uso exclusivamente a pie


El casco no la delata


El casco la delata


El casco la delata

Sus salones reales con su mobiliario, excelentes artesonados, y su recoleta capilla.


Salón del Trono con el lema de los Reyes Católicos


Detalle del mismo salón


Artesonado del salón del Trono




Salón de reyes, llamado así por las imágenes de monarcas que lo decoran




Me gusto mucho este arcón de estilo Reyes Católicos

Su sala de Armas, donde podrás contemplar una magnifica colección de espadas roperas del s.XVII, amen de más armaduras, alabardas, ballestas, escudos, y piezas de artillería primitivas.
Es solo una dependencia pero tiene peso específico dentro del Alcazar.


Magnificas roperas de conchas junto con una daga de vela no menos hermosa


Espadas de taza (la primera) y de conchas (el resto) todas labradas… que no daría yo por una de esas


Pieza primitiva de artillería, al fondo se ven mas espadas roperas de taza algunas y de conchas otras


Pieza artillera y armaduras de diferentes épocas y procedencia


Vista global de la sala

Como curiosidad, se pueden ver algunos trozos de frescos, milagrosamente conservados.



Desde la torre de San Juan (Torre del Homenaje) se puede observar Castilla cual ancha es. Merece la pensar subir, pero la subida por una estrecha escalera de caracol es dura y angustiosa, sobretodo los fines de semana, cuando no dejaras de cruzarte con gente en dirección contraría.

En definitiva, sólo por su Alcazar, Segovia merece ser visitada, tanto más, cuando podremos ver tantos otros monumentos, así como pasear por una ciudad con un encanto medieval auténtico, con buenas confiterías, mejores bares, y que decir de sus asadores…
Y todo esto cerquita de Madrid… quizá por ellos es raro encontrar a quien te diga que no la conoce.

Información útil:

http://www.segovia.es/segovia/portal.portal.action
http://www.segoviaturismo.es/
http://www.turismodesegovia.com/
http://www.alcazardesegovia.com/